viernes, 23 de octubre de 2009

Mi maestra

Mi maestra, danzarina pertínaz e hiperactiva lobezna, está enferma. Ella es mi guía en uno de los aspectos mas fundamentales de mi vida: La danza. Pero a través de la danza, también me guía en otros muchos aspectos de mi día a día.

Cuando danzo con ella, exploto. Me salgo de mi misma y me reinvento. Voy buscando los huesos de los lobos ausentes para formar con ellos un esqueleto, insuflarle vida y que corra libre, y que viva libre. Y cuando, en un momento dado, un rayo de luna incida sobre él, convertirle en mujer salvaje. En la misma mujer salvaje en que me convierto yo, cuando danzo. En las mismas mujeres salvajes en que deberían de convertirse tantas y tantas lobas que, como yo misma, han vivido domesticadas, bajo la presión del lobo de la manada, sin dejarlas ser ellas mismas pero utilizándolas para ser ellos mismos.

Mi querida, queridísima maestra. La que tanto me da, que ante tu ausencia, me hundo, flaqueo, me siento perdida, me pierdo.

Retorna pronto entre nosotras, con tu ondulante movimiento de caderas, tu larga melena al viento y tu languidez, propia de tu naturaleza misma. Retorna a compartir con nosotras tu energía, a porporcionarnos un poco de tu luz, retorna a la danza. Retornanos a la danza.

jueves, 22 de octubre de 2009

Melancolía

Ese es mi estado de ánimo. Melancólico.No, no es el otoño. Es la vida misma. Es mi misma vida.

Hasta hace poco tenia un compañero lobo con quien compartir mi cueva, mis charlas, mis lloros y mis peleas.Pero hace poco más de un mes mi compañero lobo se ha ido a otra manada, con otra loba, a cuidar de la camada de ésta. No, no supongáis que es más joven que yo (aunque eso tratándose del tópico, me habría consolado, al menos), es una loba mestiza. Sí, sí, mestiza. De padre lobo y madre zorra. Y lo de la madre no lo digo en ningún sentido peyorativo. No está mi ánimo para eso. Lo de la madre zorra lo digo por la astucia con que ha actuado en toda esta historia de amor (o desamor) entre mi lobo y yo. Pero esto es otra historia.

Le echo de menos. Bien es cierto que el sentimiento no es el mismo cuando te dejan que cuando dejas. Y posiblemente por eso, por que soy la loba dejada, le echo tanto de menos.

Si reflexiono sobre nuestra relación, ésta fue muy intensa. Viviamos nuestros altibajos , los buenos y los malos, con esa misma intensidad. Y también los viviamos con la misma pasión.

Somos tan distintos, pero a la vez tan iguales. Nos separan tantas cosas y nos únen tantas otras, que no me puedo plantear volver a tener una relación sentimental como ésta. De hecho, en este mismo momento, no puedo ni quiero plantearme ni siquiera tener una relación sentimental. Y sí, ya lo sé que este sentimiento se pasa, que el tiempo todo lo suaviza, y que, probablemente, algún día me reiré de estas palabras en este blog. Pero ahora mismo, es lo que siento. Y es un sentimiento tan fuerte, que supera incluso a cualquier otro sentimiento dentro de mí. Sí, también sé que debería odiar, en vez de amar. Pero el odio no soy capaz de encontrarlo en mi interior, ni siquiera el rencor, solo el amor. Insisto, a mí me dejaron, no dejé yo.

miércoles, 21 de octubre de 2009

La loba

Y así es. Es mi primera vez. Me estreno como bloguera. Y lo cierto es que casí se me hacia imprescindible poder contar con un medio en el que invitaros a compartir mis aventuras y desventuras, (que no son muchas, no os vayais a creer), y sobre todo a vaciar mi alma con todos y todas aquellas que, bien por casualidad, bien por recomendación directa mia entréis en este blog. Para presentarme, decir que como bien indica mi nombre, soy una Loba (o bien una mujer que corre con lobos), y contaré historias cotidianas del resto de mis amigos y amigas, animales ellos también, como yo. Y también contaré historias de mi entorno natural, del lugar donde vivo (mi cueva), donde me busco el pan (mi bosque) y donde descanso (que bien puede ser mi cueva, mi bosque, u otro bosque, pradera o lugar cualquiera). Contaré mis bailes a la luz de las velas, con mis amigas lobeznas, mis viajes para encontrar nuevos bosques y nuevos amigos con los que compartir mi vida, mis alegrias y desengaños (que no sé cual gana a cual)y en resumen, mi fuerte instinto de supervivencia. Espero gustaros. Y si no, me conformo con gustarme a mí misma.